Las Interferencias: Fragmento de "La Mujer y la Madre" de Elisabeth Badinter

sábado, 18 de abril de 2015

Fragmento de "La Mujer y la Madre" de Elisabeth Badinter


Pg. 134:
"El giro ideológico se hizo perceptible con la generación de mujeres que cumplieron veinte años en 1990. Hijas de madres feministas, militantes o no, han procedido al ajuste de cuentas clásico de las hijas con las madres. Tras los habituales agradecimientos por la contracepción y el aborto, lo que quedó establecido fue la constatación de un fracaso. Fracaso de las madres que las hijas no quieren imitar y que se puede resumir de este modo: vosotras lo habéis sacrificado todo por vuestra independencia y en lugar de eso, asumís la doble jornada de trabajo, estáis infravaloradas profesionalmente y a fin de cuentas habéis perdido en todos los frentes. Más allá de esta crítica, es la etiqueta "feminista" lo que fue rechazado, como si ésta diera una imagen destestable de las mujeres. La nueva generación hizo suyos los estereotipos machistas más trillados, que asocian a las feministas con la histeria, la agresividad, la virilidad y el odio a los hombres. La sentencia fue inapelable: anticuado. Pero bajo el rechazo del feminismo se escondía otra crítica más íntima hacia las madres: la de su idea de la maternidad. Incluso hay que oír: tú lo has sacrificado todo por tu independencia, incluida yo misma. Tú no me diste suficiente amor, suficientes cuidados, suficiente tiempo. Siempre con prisas, a menudo cansada, creíste que la calidad del tiempo que me dedicabas valía más que la cantidad. En realidad, yo no era la prioridad de tus prioridades y no has sido una buena madre. Yo no repetiré eso con mis hijos. 
Injusta o no, la condena de las madres por parte de las hijas es una constante que conoce bien el psicoanálisis: ni suficiente leche, ni suficiente tiempo... ¡Pero por primera vez, las madres criticadas eran las que habían luchado por la independencia de las mujeres! Poco a poco, convertidas en madres a su vez, las hijas hablaron menos de su libertad, de sus ambiciones personales e incluso de la igualdad de salarios. La prioridad otorgada al hijo exigía que a esas reivindicaciones se les aplicara la sordina. Por el contrario, se oía cada vez más hablar de la necesidad de "negociar", "conciliar" el tiempo de trabajo y el de la maternidad. Este vuelco realizado en periodo de crisis económica, se aceleró debido al paro masivo que sufrieron todos los países occidentales. La implantación en 1994 del Subsidio Parental de Educación (APE, siglas francesas) suscitó una retirada laboral masiva de madres de niños pequeños, especialmente entre las menos cualificadas. En el otro extremo de la escala social y sobre todo entre las profesiones liberales, se vio a mujeres particularmente bien formadas volver a casa cuando se convertían en madres." 

Más allá de lo cómico que resulta leer a una filósofa multimillonaria (heredera y accionista principal de una de las cuatro mayores agencias de publicidad mundiales, Publicis, y esposa del ex Ministro de Justicia Robert Badinter) hablar de la "doble jornada" tanto por su papel como empresaria en la vida de cientos de sus trabajadoras como por lo que cuesta creer que ella misma se engargue personalmente de la limpieza y cuidados del hogar como el resto de los mortales, debemos plantearnos algunas preguntas: ¿Ha promovido la media jornada sin merma salarial entre sus trabajadoras y trabajadores? ¿Después de trabajar tiene que limpiar su propio pisazo lujoso del Barrio Latino? ¿Quién le ha dado la legitimidad para representar a "las mujeres" y sus problemas desde su visión elitista de la sociedad? 

Nos encontramos ante el típico manifiesto en el que se elude cualquier tipo de responsabilidad sobre lo que según Bandinter están diciendo algunas hijas. Es insultante, se las llama machistas por tener como prioridad el cuidado de los hijos e hijas. Pero se olvida Bandinter que lo que denunciamos muchas en realidad es tener que elegir entre la crianza y la vida, la dicotomía a la que ella se refiere a lo largo de todo el libro y en el mismo título, "La Mujer y la Madre". Muchas queremos ser mujeres y madres sin que una cosa anule la otra ni sea contradictorio. ¿Por qué debemos elegir cuando durante los 200.000 años de historia humana las mujeres han recolectado comida y criado a la vez, han cultivado y criado a la vez, han tenido un papel importante en su comunidad sin tener que elegir entre ese papel y la crianza? ¿Cómo es posible que, más allá del tema sanitario y de la reducción de la mortalidad infantil, muchas envidiemos a las mujeres de las sociedades como la Kung! que trabajan dos o tres días a la semana, aportan gran parte de las calorías necesarias en la familia, pueden hacer todo esto porteando a sus bebés y disponen de una red de apoyo estrecha y recíproca de alomadres y familia extensa? 

Nosotras no tenemos madre, nos la robó la empresa, la ideología del dinero, nos la robó la abuela que la crió durante el Franquismo y que a su vez fue moldeada por éste, nos la robó una sociedad tóxica. No tenemos red de apoyo mutuo ni reciprocidad, toda ayuda es pagada y mercantilizada. No tenemos familia extensa cercana y algunas ni siquiera familia nuclear cerca.

Nosotras no podemos llevarnos a nuestros bebés al trabajo, debemos elegir entre permanecer recluidas y solas en casa o vivir en la reclusión de la empresa, separadas de nuestros bebés, recluidos a su vez en las guarderías.

Nosotras tenemos que trabajar cinco días a la semana, algunas muchas más de 40 horas, más otras tantas horas de transporte de punta a punta de la ciudad, en horarios locos y desquiciantes. Y nuestras parejas otro tanto.

Habría tanto que decir sobre el texto seleccionado lleno de demagogia, falsedad y manipulación... ¿Quién luchó por la independencia? ¿Qué independencia? ¿Acaso no eran independientes las mujeres del mundo rural? ¿Quién nos hizo dependientes en primer lugar y de quién, dado el alto grado de autonomía y libre albedrío del que disponían las familias y las mujeres del mundo rural preindustrial?

¿Igualdad de salarios? ¿Y lo dice una mujer con una cuenta corriente con tantísimos ceros? ¿La señora Badinter quiere igualdad de salarios? Pues que promueva el salario único profesional en sus empresas, que haga que no existan diferencias entre trabajo manual e intelectual, que una mujer de la limpieza gane lo mismo que una mujer universitaria en sus agencias de publicidad. ¿Está dispuesta a eso? No. Entonces que no sea tan hipócrita la señora Badinter, una mujer que forma parte y se codea con la elite mundial, que fue testigo en la boda del ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn con la heredera y magnate de los medios Anne Sinclair, y que gana 240.000 euros al año (hace poco Publicis recompró acciones a la familia Badinter por valor de 175 millones de euros).  


Elisabeth Badinter no representa ni a las mujeres ni a las madres ni a las hijas, se representa a sí misma y a la idea de poder y dominación que nos tiene esclavizadas a todas a base de mentiras, muchas de ellas salidas de la fábrica de adoctrinamiento e idiotización del sector publicitario al que ella misma pertenece. Más que hablar de igualdad de salarios como una reivindicación válida sería más útil comenzar por exigir como trabajadoras no tener que lavar el cerebro a la población con falsas necesidades de consumo. ¡Eso sí sería revolucionario y emancipador, Sra. Vendedora de Humo! La única forma de luchar contra todo ello es saltar del paradigma de la victimización al de la responsabilidad*.

No se puede permitir que en esta sociedad las condiciones para criar, para mantener vínculos sociales no mercantilizados y tener una vida sana no sean posibles y, a la vez, vengan intelectuales a decirnos que la maternidad es una nueva forma de esclavitud. Si la maternidad se ha vuelto algo tan complicado no es porque muchas queramos estar con nuestros hijos y amamantarlos sino porque se nos ha forzado a elegir en una falsa dicotomía que solamente beneficia al gran capital y al Estado, es decir, al selecto grupo que Badinter representa. No somos nosotras las que tenemos que adaptarnos al sistema, es el sistema el que tiene que adaptarse a la VIDA. Y para luchar contra ello no van a bastar las ideologías obsoletas ni las proclamas vacías, van a hacer falta mujeres y hombres valientes que en su vida cotidiana estén dispuestos a creer y vivir acorde con sus ideas y sus valores éticos.

Sin maternidad, sin paternidad, sin bebés, sin crianza cooperativa, sin vínculos, sin redes de apoyo y sin AMOR no hay humanidad ni hay especie humana.

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Enlace relacionado, sobre todo porque el libro de Elisabeth Badinter es un ataque frontal a la lactancia materna entendida como "esclavitud": http://lasinterferencias.blogspot.com.es/2014/01/decisiones-informadas-los-riesgos-de-no.html

Relacionada con "La agresividad intragrupo en "El Vacío de la Maternidad" de Victoria Sau": http://lasinterferencias.blogspot.com.es/2015/03/la-agresividad-intragrupo-en-el-vacio.html 

 * A favor de los planteamientos intelectuales de Elisabeth Badinter hay que decir que tiene un libro, "Fausse Route" (Falsa ruta), en el que denuncia la deriva del feminismo en Francia hacia planteamientos "radicales" (más bien dogmáticos y fundamentalistas) de influencia anglosajona en el que se victimiza a la mujer y se plantea una guerra contra la "masculinidad" según una mítica opresión universal del hombre contra la mujer. Además, parece ser que desarrolla el tema que a mí tanto me interesa de las violencias ejercidas por mujeres. Me parece un libro lo suficientemente interesante como para rescatarlo en un futuro próximo. Las cosas no suelen ser blancas o negras y de casi todos los planteamientos se pueden rescatar elementos interesantes. En esta entrevista habla sobre esto: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/08/05/actualidad/1438790334_204242.html

ACTUALIZACIÓN A 20 DE AGOSTO DE 2015:

La empresa Publicis, cuya principal accionista es la filósofa feminista Elisabeth Badinter (autora de "Historia del amor maternal" y "La mujer y la madre"), está siendo investigada por entregar comisiones de 2 millones de euros a Rodrigo Rato a cambio de conseguir contratos millonarios de publicidad en Bankia. Las últimas campañas son bastante de coña, en la línea del famoso cartel de propaganda de guerra "we can do it" pero en realidad serían para echarse a llorar... Del "bankero" al "arrimemos el hombro" para que ciertos señores y señoras sublimen su gran vacío interior en la erótica del abuso, el dinero, la violencia y la explotación. Y ese vacío nos podría conectar directamente con los postulados de los libros de Badinter sobre la maternidad y la crianza. Desde luego, lo individual está conectado con lo social, no como se interpretó en el famoso "lo personal es político" que sirvió para inmiscuirse en la vida íntima de la gente, sino en el sentido de que nuestras historias de vida están interrelacionadas con el contexto y las políticas de las instituciones estatales y el mundo empresarial.

La noticia en los medios: http://www.elmundo.es/…/2015/08/10/55c7c01cca47416d298b457b…
http://www.cronicaglobal.com/es/notices/2015/08/bankia-mantiene-la-misma-agencia-de-publicidad-tres-anos-despues-de-la-salida-de-rato-23471.php

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