Las Interferencias: Fragmento del libro "La procreación artificial" de Jacques Testart

lunes, 3 de agosto de 2015

Fragmento del libro "La procreación artificial" de Jacques Testart

Reproduzco uno de los fragmentos finales del libro del biólogo Jacques Testart "La procreación artificial" publicado en nuestro país en 1994. El autor es "el padre científico del primer bebé probeta francés nacido en 1982".

Pg: 105 (la negrita es mía):

"La especie humana ha escapado hasta ahora a toda evolución dirigida de su patrimonio genético, mientras las especies animales y vegetales sufrían la domesticación a beneficio de las necesidades  humanas. Por eso la especie humana ha seguido siendo una especie salvaje. Lo que podría beneficiarla en el futuro no es autodomesticarse, sino civilizarse mejor. Más aún cuando la verdad del discurso triunfalista de la genética es muy relativa. Al haber descubierto unos genes malos, nos hemos propuesto eliminarlos de la descendencia gracias al consejo genético. Entonces nos hemos dado cuenta de que el gen de la enfermedad de TaySachs protege de la tuberculosis, o que el de la talasemia protege del paludismo... Si, como es muy probable, las cosas son más complejas de lo que queríamos creer, hay que fustigar la arrogancia que se extiende. Si los hombres son biológicamente idénticos desde nuestro ancestro de Cro-Magnon, es decir desde hace cuarenta mil años, ¿cómo aceptar de manera responsable esa mutación hacia lo desconocido prometida para los siglos venideros por los que quieren "mejorar al hombre"? Las recientes teorías de la evolucíón relativizan la selección en cuanto a la aptitud de supervivencia de una especie, y destacan el papel evolutivo determinante de la selección en cuanto a un mayor éxito reproductivo. Podríamos deducir que el hombre se adueña de su propia evolución al aumentar la pertinencia genética de sus descendientes. Pero ese proyecto, por poco que sea realista, ¿mantiene acaso al hombre dentro de las fronteras de la humanidad? Es algo así como un retorno que se opera hacia las fuerzas primitivas, cuando, pasando por alto el proyecto de civilización, nos proponemos controlar para dominar y no para liberar. Esa sería una lectura de la historia en curso de la procreación artificial, que parece seguirle los pasos hasta los mismos callejones sin salida a la lógica productivista desarrollada por los economistas. Producir cada vez más ovocitos y embriones con una óptica taylorista, y luego evaluar su competitividad mediante pruebas adaptadas: sólo los más competentes merecerán un lugar en la sociedad mediante su trasplante en el útero, mientras las potenciales personas de segunda se dejarán en espera, sin eliminarlas, gracias al paro técnico permitido por la congelación, y, mientras, los minusválidos, los marginales y demás seres extraños serán definitivamente eliminados de todo proyecto familiar. En este proceso en que la biomedicina  se pone al servicio de la selección creando las categorías de incluido, recluido y excluido, volvemos a encontrarnos con la ideología de competición contra la que hubo que inventar los derechos humanos, artificio solemne para mantener y cultivar la civilización". (...)

Relacionada:
- Fragmentos del libro "El útero artificial" de Henri Atlan:
http://lasinterferencias.blogspot.com.es/2015/09/fragmentos-del-libro-el-utero.html
- Cuando un congreso feminista se opuso a la ingeniería reproductiva y genética en 1985... http://lasinterferencias.blogspot.com.es/2015/04/cuando-un-congreso-feminista-se-opuso.html
- Web de Jacques Testart: http://jacques.testart.free.fr/ 

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